El divorcio y la separación constituyen procesos altamente complejos que generan un profundo impacto emocional en las partes involucradas, especialmente en los hijos. Los jueces de familia desempeñan un papel fundamental en la resolución de estos conflictos, tomando decisiones que afectan el bienestar psicológico y social de las personas. Si bien el derecho establece los procedimientos y criterios normativos para estos procesos, la judicialización del divorcio involucra aspectos emocionales, psicológicos y relacionales que pueden influir en la dinámica del conflicto y en la estabilidad de los involucrados. La alta conflictividad, la manipulación emocional, la violencia de género y las dificultades en la parentalidad post-divorcio son factores que requieren una comprensión profunda por parte de los jueces para una intervención más humana y eficaz. Este curso busca dotar a los jueces de herramientas psicológicas para comprender mejor las dinámicas emocionales y relacionales en los divorcios y separaciones, permitiéndoles tomar decisiones más informadas, minimizar el impacto en los hijos y manejar su propio estrés en el ejercicio de su labor.